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Un Enfoque diferente…

Hace unos días leí un artículo que compartió mi amiga y colega Eunice Durán relacionado a un consultor de planificación estratégica llamado Gilberto Quesada. Era una entrevista en la cual básicamente el comentaba sobre los disímiles que pueden ser los procesos de planificación estratégica. El resalta que para el éxito estratégico se requiere, no solo un buen plan, sino que la organización debe tener una buena dirección. El señalaba que no hay un modelo correcto para todas las Organizaciones, y que diferentes prácticas pueden usarse de acuerdo al contexto en que se encuentra.

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Eso me puso a pensar en un proceso estratégico por el cual pasamos recientemente donde mezclamos diferentes enfoques y modelos estratégicos que a mi parecer, generaron resultados maravillosos. Ahora este plan, está en proceso de ejecución y bueno… esperamos ver el impacto.

Empezamos por hacer obviamente los análisis recurrentes (FODA,PESTEL, otros) y usamos las prácticas de Design Thinking en sus fases de Empatización, definición e Ideación para comprender mejor qué esperan los clientes.

Como resultado de esta etapa de diagnóstico se generaron muchas ideas, entre ellas, algunas que se habían considerado anteriormente, pero con un plus: re-enfocadas al valor a generar al cliente.

Lo interesante de todo, es que, en el proceso de pensamiento estratégico, se diseñaron estrategias en función de lo que el cliente espera de parte de la empresa en lugar de estar enfocada a lo interno de la Organización. Es decir, de afuera hacia adentro.

El uso de algunas de las prácticas del modelo de Playing to Win, generó ideas novedosas, enfocadas al cliente, pero alineadas a las aspiraciones de la empresa, enfocadas en el segmento de mercado donde la empresa jugará sus dardos y diseñando estrategias propias de cómo la empresa puede ganar dadas sus capacidades instaladas. En pocas palabras, llegamos a formular un plan que busca generar valor al cliente final de manera sostenida para la empresa.

Este fue un proceso en el que se aplicaron prácticas reconocidas de gestión de portafolio, asignación de prioridades según la generación de valor en el tiempo. Para la ejecución del plan, se están aplicando parte de las prácticas establecidas en el modelo de 4 Disciplinas de la Ejecución. A las iniciativas que se están desarrollando, específicamente en un periodo de 3 meses, se les aplican las métricas de avances, se ejecutan las reuniones de seguimiento semanales, entre otras cosas.

En fin que lo que me ha gustado del proceso es que en todo momento, se ha enfocado el esfuerzo en las necesidades del cliente, y a pesar de que una y otra vez había que resetear el mindset y recordar el “enfoque al cliente”, la mezcla de todos estos modelos o marcos de trabajo han generado resultados positivos.

Definitivamente que cuando nuestra mirada está en el cliente, es increíble lo novedoso, interesante y valioso, que puede ser el proceso de direccionamiento estratégico.  

Nos gustan estos procesos de planificación, mezclando diferentes marcos de trabajo, prácticas e instrumentos que nos lleven a ver un producto final, fácil de implementar y donde todos están comprometidos hacia la verdadera transformación.

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